martes, 21 de junio de 2016

Sociedad

SOCIEDAD:
               
El movimiento social único era un misterio. Modas atemporales. Había de todo, desde lo más antiguo hasta lo más moderno. Un futuro mezclado con pasados y presentes imperecederos de ciclos viejos, además de nuevos.

Los avances sociales, las maneras de comunicarse, las cotidianidades, el consumismo inmaterial, aparte del material lógico, no el del placer por placer, era lo más generoso en todo lugar.

La raza humana de Orbus no era comparable con ninguna otra. El ADN del Hombre en ese planeta era el mejor programa a seguir como una evolución hacia mejor, y no hacia peor.

El modo de vida feliz era un sentimiento, más que un camino a buscar. La gente podía permitirse el lujo de vivir la mayor fantasía real y realidad fantástica de sus existencias dentro de una sociedad futurista ligada a la paz, al margen de la belicosidad que se cebaba con los desamparados de prosperidad.

El bienestar social siempre iba en crecimiento. Una de las fórmulas de tal júbilo biológico era el conocimiento madurado del humano de Orbus con respecto a otros mundos. Su cerebro significaba un desarrollo multifuncional en experiencias de cualquier tipo sin haberlas sufrido.


El alma de esos humanos era apoteósica.

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